ella quería una corchera para su habitación, entonces me lié a buscar chinchetas, clips, pincitas... cositas de escritorio y pensé –¿y esto luego donde irá a parar?– así que busqué un almacenaje mono y acorde,
acompañándolo de un montoncito de cosas de escritorio, celos de colores, rotuladores fosforitos que la chiflan, pegatinas, fieltritos, etiquetas personalizadas con su retratito, todo metido en varias cajas a juego, quedó un regalo fantástico y sobre todo...
¡¡¡la encantó!!!
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